Hemeroteca de la sección “autores italianos”

SAUDADES MÍAS PARA ANTONIO TABUCCHI

La última vez que vi a Antonio Tabucchi él reía. Su carcajada retumbaba en el aire con aquella picardía suya que me recordaba las travesuras de los niños pequeños. Eso ocurrió en el mes de noviembre del año pasado. Ya estaba enfermo, pero en ese momento ni él mismo había llegado a presentir la gravedad de su padecimiento. Por el contrario, esa tarde conversó sobre un posible alivio a sus problemas de salud y mencionó la inminencia de un viaje a Paris tan pronto se sintiera restablecido. Todo fue en vano. Su salud nunca mejoró y el viaje a Paris se fue postergando hasta nunca realizarse. El 24 de diciembre me crucé con María José, su mujer, en el kiosco de periódicos de una plaza cercana a nuestras casas en el centro de Lisboa. Conversamos un poco sobre la salud de Antonio y nos despedimos intercambiando votos navideños. Ya nos volveríamos a reunir como en tantas otras ocasiones, nos dijimos.

Tres meses antes el mismo Tabucchi nos había invitado a cuatro escritores, Antonio Sarabia, José Manuel Fajardo, Karla Suárez y a mí, para que los visitáramos, a él y a María José, en la casa a orillas del mar donde ellos acostumbraban pasar parte del verano. De la conversación que sostuvimos durante horas solo retengo algunas anécdotas, pero el sentimiento de felicidad lo conservo entero. Al caer la tarde los seis nos fuimos a una playa cercana para ver la puesta del sol. Recuerdo que Tabucchi estaba radiante y de buen humor. Habíamos pasado el día juntos pero nadie quería despedirse. Un sol increíble, parecido a una naranja ardiente, cayó lentamente en el mar dándonos todavía tiempo y luz para continuar la conversación y los chistes. Cuando nos dijimos adiós me sentí triste. Ahora que lo pienso descubro que lo que sentí no era propiamente tristeza sino saudade. No existían en ese momento motivos para la tristeza. Dicen que la saudade es un sentimiento exclusivo del pueblo portugués, tal vez sea cierto, pero a veces hasta una extranjera como yo se siente partícipe de esa emoción que incluye, junto a la melancolía, el recuerdo agradecido y feliz por alguien, o por algo, que ya no se encuentra cerca. Existe una forma muy bella de enviar saludos en Portugal: manda-lhe saudades minhas, se dice. Es un saludo imposible de traducir al español porque implica que se extraña a la persona, que su ausencia ha dejado un vacío profundo, pero que al mismo tiempo el recuerdo que se tiene de ella es feliz. Esa noche, de regreso a Lisboa, los cuatro coincidimos en que habíamos compartido un día inolvidable.

Tabucchi nunca hablaba de sí mismo o de sus libros, a menos que uno lo instara a ello, y ni siquiera así se extendía demasiado. Era un gran lector de poesía. Nadie conocía mejor la obra de Fernando Pessoa. Hablaba de Pirandello como de un amigo. Había leído a los grandes poetas latinoamericanos y cuando supo que preparaba una antología de la poesía colombiana para publicar en Portugal lo celebró y quiso saber detalles. Conocía bien el Siglo de Oro español y aquella tarde de finales del verano junto al mar, mientras contemplábamos un espléndido limonero, recitó de memoria versos de García Lorca. Sus dotes de políglota le permitieron leer en sus idiomas originales a los grandes autores de la lengua italiana, portuguesa, francesa, inglesa y española.

Contaba Tabucchi que en 1985, cuando quisieron trasladar los huesos de Fernando Pessoa del Cementerio dos Prezeres al Monasterio dos Jerónimos, se dieron de bruces al constatar que el cuerpo del poeta se encontraba incorrupto como si de un santo se tratara. Lo contaba entre risas, intercalando sobrentendidos, guardando ciertas reservas para no robarle a la historia su halo de misterio. Pessoa fue una presencia constante en su obra y su protagonista en libros de ficción y ensayo: Requiem, Un baúl lleno de gente y Los tres últimos días de Fernando Pessoa.

Pocos autores europeos gozan de la fama y prestigio que gozó Tabucchi. Su obra, original, lúcida y llena de humor, está traducida a cuarenta idiomas, y además de los prestigiosos premios que recibió, estuvo varias veces nominado al Premio Nóbel de Literatura. Escribió novelas, colecciones de cuentos, ensayos, obras de teatro y ejerció el periodismo como un instrumento de crítica y protesta contra aquello que consideró injusto. Sostiene Pereira, La Dama de Porto Pym, Nocturno Hindú y Réquiem, son algunas de sus novelas más conocidas. Sostiene Pereira fue llevada al cine por Roberto Faenza, en una película protagonizada por Marcello Mastroianni en 1996. La línea del Horizonte, Nocturno Hindú y Réquiem también fueron llevadas a la gran pantalla.

Antonio Tabucchi y Lauren Mendinueta

Antonio Tabucchi fue un hombre y un autor múltiple y único. La grandeza de su obra acompañó la grandeza de su persona. Todavía no alcanzo a entender por qué la vida me privilegió con la oportunidad de ser su amiga, pero sé que ese privilegio me ha marcado para siempre. El escritor debe morir todos los días de su vida y renacer como un yo incorruptible, decía William Yeats. Si es así, Antonio renace cada día incorruptible e incorrupto, como su amado Pessoa, en el corazón de quienes lo queremos y admiramos.

Ni el velorio ni su entierro fueron actos concurridos. Creo que él lo habría preferido así. Amigos y familiares nos encontramos para recordarlo con afecto y compartir el dolor de su prematura partida. Entre los muchos discursos que se pronunciaron durante esos dos días el más conmovedor fue el de Beatriz, su nieta de nueve años. “A él le habría gustado vernos aquí reunidos”, dijo la niña. Y con voz pausada y serena terminó sus palabras diciéndonos: “Mi abuelo decía que yo era su nieta favorita”. A todos nos consta que lo era. Su nieta favorita y también la única, dos condiciones que en el verdadero amor no son excluyentes.

Al finalizar las honras fúnebres en el cementerio dos Prazeres me acerqué a María José y con los ojos llenos de lágrimas le dije que nunca lo olvidaría. “Tenemos que recordarlo con alegría”, me dijo ella. Yo miré hacia su tumba y dirigiéndome a él pensé en portugués: os teus amigos mandam saudades, Antonio.

 

Lauren Mendinueta

Lisboa, marzo 30 de 2012

Publicado en Revista Arcadia No 79 abril de 2012

http://www.revistaarcadia.com/noticias/articulo/antonio-tabucchi-pisa-1943-lisboa-2012/28199

 

Etiquetas: Antonio Tabucchi, Lauren Mendinueta

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GUARDAR (IN MEMORIAM)

Vivo la vida

recordada por mi bisabuela.

Ella en mí quiso y defraudó,

sacó las entrañas a colgar al viento,

barrió el piso con su pelo.

Sus placeres quitaron el polvo de la cómoda,

ella se acostó con mi estirpe.

Yo, en cambio,

viajaré con la maleta cargada de sus sueños,

soplaré en el oído de

sus amantes,

me bañaré en el agua caliente

que tanto añoró,

me limpiaré su cara con manos

espumosas de jabón fino,

me pondré crema en sus piernas

para hidratarlas después de estos

cien años de ultratumba,

me pintaré sus uñas con

esmalte escarlata

y me encamaré con sus progenitores.

Vendrá el pasado y

me encontrará muerta

con el pelo enmarañado en el polvo

y los dedos de los pies

esmaltados de rojo.

Y contenta, por Dios,

contenta.

.

AGITO EL MAR DENTRO DE MÍ

Cuando sea ángel

viviré en el faro…

Lloraré mirando las luces de los barcos

alejarse en la noche…

Sentiré nostalgia

de emociones nunca tenidas…

Gritaré imprecaciones al viento

(porque los ángeles no tienen padres)

y arrancaré una a una

las plumas de mis alas,

desesperada y sanguinaria

por la mala suerte

que me ha dado

maravillosas alas ligeras

y un cuerpo

demasiado pesado para volar…

Silvia Favaretto (Venecia, 1977). Es considerada por la crítica como autora hispanoamericana por que la mayor parte de su obra está escrita originalmente en español. En su país ha ganado numerosos premios de poesía y cuento. Sus libros se han publicado en Italia, Colombia y Argentina. El año pasado apareció en México una antología de sus poemas con el título Entre la carne y las palabras. El prólogo de este libro es mío, y en el reitero la gran admiración que siento por la autora y su trabajo. Licenciada y doctorada en literatura hispanoamericana es profesora de español en Venecia.

Etiquetas: poesía hispanoamericana, poesía italiana, Silvia Favaretto

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Les dejo el link del último número de la revista italiana FILI D’AQUILONE (Los hilos de la cometa) en el que aparece una extensa presentación sobre mi poesía a cargo del poeta romano Alessio Brandolini. Su trabajo de casi treinta páginas consiste una presentación crítica, la traducción de 19 de mis poemas al italiano (algunos inéditos en libros) y una entrevista también en italiano. Incluyo el índice de la publicación, que como verán es excelente.  En mi siguiente post publicaré la entrevista en español.

È in rete il numero 15 di FILI D’AQUILONE, rivista d’immagini, idee e Poesia.
Il titolo del numero è IN CORNICE e dentro ci trovate:

http://www.filidaquilone.it/num015copertina.jpg

§ Le musée imaginaire de Marcel Proust
di Gabriella Alù

§ Scritti per tre pittori
di Elio Pecora

§ I poeti del Merendacolo III
di Vera Lúcia de Oliveira

§ La cornice come soglia. Rubens visto da Jacques Darras
di Viviane Ciampi

§ L’unione carnale con il creato. Sulla Bibbia umida di Rafael Courtoisie
di Oscar Palamenga

§ Il romanzo della fluidità
di Bernard Noël

§ La poesia Di Miklavž Komelj
di Jolka Milič

§ Tra immagine e parola. Su L’attesa di Pablo Gozalves
di Alessio Brandolini

§ Frammenti di un diario privato
foto di Anna Di Prospero, testo di Ambra Laurenzi

§ La parola, il segno… e per cornice il muro
foto di Maria Paz Graino, testo di Ambra Laurenzi

§ Nada queda atrás / Nulla resta indietro. Milton Rogovin e Carlos Trujillo
di Alessio Brandolini e Ambra Laurenzi

§ Marina notturna
racconto di Annarita Verzola

§ Un doppio e malinconico addio: Idea Vilariño e Mario Benedetti
di Martha Canfield

§ In cornice mettiamo l’amore
di Armando Santarelli

§ Passeggera in transito. La poesia di Marina Colasanti
di Vera Lúcia de Oliveira

§ Dipingere la stanza del poeta
di Nancy Watkins

§ Mario Benedetti, Pitture nere su carta
di Alessio Brandolini

§ Giacenza
di Giuseppe Rizza

§ L’uomo nel quadro
racconto di Damiano Zerneri

§ La poesia di Lauren Mendinueta
di Alessio Brandolini
Rubriche

§ L’ANGOLO DI ED
Colori
a cura di Giuseppe Ierolli

§ ASCOLTARE, UNA RUBRICA PER LE ORECCHIE
Album rock: dieci copertine da incorniciare
di Federico Platania

§ IL CINEMA A PAROLE
Moulin Rouge!
di Verónica Becerril

§ LA VOCE DELLA TERRA
La condanna infinita
di Elvio Cipollone

L’indirizzo:

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El pasado 24 de febrero cumplió años mi gran amiga la poeta italiana Silvia Favaretto (Venecia, 1977) (debí subir esta entra ese día, pero tengo tanto trabajo que he dejado el blog un poco a un lado). Para celebrar una vez más la maravillosa presencia de Silvia en mi vida quiero compartir con ustedes estos tres poemas de su primer libro: La Carne del Tiempo (2002). Podía elegir textos de cualquiera de sus poemarios posteriores, pero a este libro me une una historia afectiva, quizás porque compartí con ella la alegría de su publicación, porque la acompañé en sus primeras presentaciones, porque en él yo vi asomarse a la gran poeta que es Silvia hoy. Querida Amiga, te deseo toda la felicidad del mundo.

POESÍA

En el silencio
descansa la poesía.
En el silencio apagado
de la llama,
en el silencio violento
de la sangre,
en el silencio inmaculado
de la margarita,
en el silencio aullante
del dolor.
Descansa y yo la despierto,
para manchar la hoja
y la conciencia.

POESIA

Nel silenzio
riposa la poesia.
Nel silenzio spento
della fiamma,
nel silenzio violento
del sangue,
nel silenzio immacolato
della margherita,
nel silenzio urlante
del dolore.
Riposa e io la sveglio,
per macchiare il foglio
e la coscienza.

ROSA

Hoy me siento
triste como una rosa de plástico
en un cementerio,
condenada a vivir
en la morada erigida al culto
de la muerte,
estéril y artificial
en mi descarado rojo fuego,
frágil en la vergüenza eterna
de quien está destinado
a ser siempre
una máscara en la realidad
y un rostro demasiado humano en la ficción.

ROSA II

No rieguen
la rosa de plástico,
sería un insulto
a su
artificialidad.
Déjenla en seco
para que así se jacte:
“yo puedo vivir
aun sin la ayuda ajena”.
Tírenla sólo
después de que se haya muerto de dolor
cuando una rosa verdadera
le habrá dicho:
“Pero tú no perfumas…”.

ROSA

Oggi mi sento
triste come una rosa di plastica
in un cimitero,
condannata a vivere
nella dimora eretta a culto
della morte,
sterile e artificiale
nel mio sfacciato rosso fuoco,
fragile nella vergogna eterna
di chi è destinato
ad essere sempre
una maschera nella realtà
e un volto troppo umano nella finzione.

ROSA II

Non innaffiate
la rosa di plastica,
sarebbe un insulto
alla sua
artificialità.
Lasciatela a secco
perchè se ne vanti:
“io posso vivere
anche senza l’aiuto altrui”.
Gettatela solo
dopo che sarà morta di dolore
quando una rosa vera
le avrà detto:
“Ma tu non profumi…”.

Poemas de Silvia Favaretto, traducción de ella misma.

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Desde la primera edición de La carne del tiempo (2002), el primer libro de poemas de Silvia Favaretto, he sostenido que ella es la poeta italiana más importante de su generación. Con a penas 30 años ha publicado cuatro libros de poemas y ganado importantes premios literarios en los géneros de poesía, cuento y video-poesía. Nacida en Venecia en 1977 Silvia pertenece a la generación de escritores que empezaron a publicar a principio de los años 2000, y que a mediados de la misma década lograron un merecido reconocimiento de sus colegas y del público lector.

La primera vez que escuché a Silvia favaretto fue durante el XIII Festival Internacional de Poesía de Medellín, en Colombia. Silvia tenía entonces 22 años y sorprendió a los asistentes con su magnífico español y una desenvoltura en el escenario que nada tenía que ver con su edad. Confieso que yo misma al escucharla me había quedado convencida de que era una poeta Argentina. A ella  leer ante públicos multitudinarios (los asistentes al Festival de Medellín llegan a ser miles) no la intimidaba. Pero su seguridad en sí misma y su manejo del español no fueron sus cualidades que más me impresionaron. Estaba sobre todo su poesía. Recuerdo algunos versos suyos de entonces: (más…)

Etiquetas: autores colombinos, autores italianos, editorial atemporariararia efo, entre la carne y las palbras, Lauren Mendinueta, poesía, Silvia Favaretto

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                                                                                                                                                                                                                                                   Hace un par de días apareció publicado en Los Convidados, el blog de Antonio Sarabia, un cuento breve del escritor italiano Pino Cacucci. La historia que narra el autor se inspira en una circunstancia completamente histórica y puede leerse también como una metáfora de las actuales migraciones humanas. La Resurrección de la vid se encontraba inédito en español y ha sido traducido por el mismo Sarabia para Los Convidados. Lo gracioso del asunto es que Cacucci es el traductor de las novelas de Sarabia al italiano y en esta ocasión se invierten los papeles. Ustedes pueden juzgar el resultado haciendo clik aquí. (En la foto Pino)

Etiquetas: Antonio Sarabia, autores italianos, autores mexicanos, Pino Cacucci

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Estoy convencida de que la manera cómo se termina un año es fundamental para marcar el inicio del que le sigue. Ésta última entrada del blog en el 2007 representa para mí el deseo de un 2008 en el que pueda pasar mucho tiempo junto a Silvia Favaretto y no sólo espiritualmente. ¿Porqué no hacer una breve recapitulación de nuestra amistad?
Silvia Favaretto nació en Venecia en 1977, lo que nos hace estrictamente contemporáneas. Nos conocimos en el Festival de Poesía de Medellín en el año 2000. Fue muy curioso porque llegamos a la capital antioqueña en el mismo vuelo procedente de Barranquilla (ella llegó al país con anticipación para visitar a su tío Giorgio que vive retirado en el caribe Colombiano). Su español era tan perfecto que cuando me saludó pensé que hacía parte de la organización del festival. Silvia siempre ha descrito nuestro encuentro como “amor a primera vista”, y así fue, tal cual. Cuando llegamos al hotel Nutibara éramos las mejores amigas de siempre. Pasamos una semana maravillosa y al despedirnos lloramos muchísimo. Yo porque estaba segura de que no volvería a verla y ella porque es una sentimental incurable. Pero lo cierto es que Silvia me dijo que era una tontería llorar porque nos volveríamos a ver antes de lo que me imaginaba. Y así fue, al año siguiente nos reunimos en Venecia. En la foto de arriba vamos atravesando la laguna veneciana el 1 de noviembre de 2001, camino a la isla de San Miguel para visitar la tumba de Joseph Brodsky. Como ella lo predijo entre lágrimas, nos hemos visto muchas veces en ambas orillas. A Silvia tengo bastante que agradecerle, además de ser mi traductora al italiano, donde quiera que va promueve mi poesía con entusiasmo y me organiza lecturas. Este verano fui a Venecia a verla acompañada de mis hijos, y ella me hizo invitar a la lectura anual de orapoesia que se hace en la Plaza de San Marcos (la foto de la izquierda fue tomada esa tarde antes de empezar la lectura). El escenario no podía ser más privilegiado. Cuando terminamos de leer el agua alta empezaba a cubrir la plaza. La fachada de San Marcos se reflejaba temblorosa en el espejo salado, qué difícil es saber en Venecia cuál es la ciudad real. Después tomamos un vaporetto, nos sentamos en la proa y disfrutamos del espectáculo de la Venecia nocturna, a un tiempo tan viva y bulliciosa como desolada y en su silencio. Porque ni todos los turistas del mundo somos capaces de robarle ese don a la ciudad. En tierra nos esperaban su compañero, Christian Panebianco, y mis hijos, Laura y José. A ella le debo esa noche perfecta, una de las mejores de mi vida.
Silvia tiene un maravilloso don de lenguas. Habla, escribe y traduce a la perfección en cinco idiomas. Además compone sus poemas en Italiano y Español indistintamente, aunque me confesó que desde hace un tiempo el español es su lengua literaria. De hecho su último libro “Palabras de agua” fue escrito íntegramente en español y después traducido al italiano por ella misma para su publicación bilingüe. A aquellos que deseen leer otros poemas de la autora en español, les recomiendo hacer click en

Los Convidados 

el blog de Antonio Sarabia, donde encontrarán una magnífica selección de textos tomados del libro “Palabras de agua”. Mis mejores deseos para un 2008 lleno de felicidad.

Agito el mar dentro de mí

Cuando sea ángel
viviré en el faro…
Lloraré mirando las luces de los barcos
alejarse en la noche…
Sentiré nostalgia
de emociones nunca tenidas…
Gritaré imprecaciones al viento
(porque los ángeles no tienen padres)
y arrancaré una a una
las plumas de mis alas,
desesperada y sanguinaria
por la mala suerte
que me ha dado
maravillosas alas ligeras
y un cuerpo
demasiado pesado para volar…

De La carne del tiempo, 2002

Melusine

La última noche de bodas,
lamí una lágrima de mi esposo
y a la mañana siguiente
me desperté con esta aguamarina en la lengua.
(Sumergida en el agua
mi carne conmovida siente
que no hay confín entre
lo que tengo adentro y
lo que tengo afuera).
Llevo la gema colgada al cuello,
me recuerda lo que soy
y lo que he perdido.
La cadena es larga y
la piedra se apoya sobre el corazón.
A través de la transparencia de la gema,
en sus facetas,
se puede divisar la real consistencia
de mi piel: escamas, de sirena o de serpiente.
Sobre la carne caliente, en la cavidad del seno,
centellea la piedra y brilla la cadena
(de oro blanco y nostalgia)
que la sostiene,
como una sutil cicatriz
que desciende transversal en el cuello y en el pecho,
igual a la encontrada
esa mañana
en el cuerpo de mi esposo.

De La carne del tiempo, 2002

Piel
Para Lauren Mendinueta

Si esta especie de piel
que me divide del mundo
no fuera tan sutil,
podría aun soportar
el peso de tu cercanía,
el frío del invierno y
mi mudo destino de poeta.

De La carne del tiempo, 2002

Cuerda y agua, agua y cuerda

Digo helecho
digo muelle
digo mangle
digo pájaro
digo para qué todo esto
digo canoa
digo rayo
digo para qué sirve dios mío
digo lluvia
digo nubes
digo motor
digo vendrá la suerte a recogerme
en este puñado de sal y alquitrán
en el que me obstino a verter
mi sombra.

De Palabras de agua, 2007

Cartas de consejos a una joven escritora

No levantes los párpados.
Todo lo que valga la pena ver
está enjaulado
en el incómodo cofre
de tu calavera.
Sólo tienes que escribir
y arrancar las hojas,
escribir y arrancarlas,
despedazar el poema en trocitos
y tirarlos al aire.
Esperar a que el viento
barra el patio,
fijarte después de diez años si quedó
algún pedacito blanco
para armar, al fin,
la única palabra poética
para decir antes de
morir: tu nombre.

De Palabras de agua, 2007

Muerte de mi primera morada

Nací viva y furiosa
mordiendo la leche envenenada
de pezones que no quise
nunca
soltar

Nací feroz y manchada
desalojada
hiriendo sienes con ojitos de bebé
que todavía no se saben
cerrar

Y Vos
me mandaste a nacer muerta
y sin cobijo.
Y era febrero,
era febrero.

De Palabras de agua, 2007

cERO

Estoy
alimentando cuervos
en tu pecho,
alimentando cuervos
y cangrejos,
hasta que se pudra
en la resaca
el vendaval.

De Palabras de agua, 2007

Etiquetas: autores italianos, Lauren Mendinueta, poesía, Silvia Favaretto

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